La compra de una vivienda es una de las operaciones más importantes en la vida de una persona. A ella dedicamos buena parte de nuestro sueldo, un 25,36% según la última Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) realizada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Y es que, superada la crisis económica, los precios del parque inmobiliario en España, si ya de por sí son muy elevados, están creciendo a un ritmo moderado pero constante. Según el INE, el valor de la vivienda ha aumentado un 2% en el primer semestre de 2017 y todas las previsiones apuntan a que continúe creciendo durante el segundo semestre del año.
No obstante, esta tendencia al alza del valor de la vivienda no ha impedido un crecimiento en la venta de casas. De hecho, la compraventa de viviendas se ha animado en los últimos años y ha aumentado un 13,2% en los primeros seis meses del año 2017, según la misma fuente. En el mes de junio subió el 19,3% respecto al mismo mes del año anterior, hasta las 44.135 operaciones, con lo que este indicador encadenó dos meses seguidos al alza tras el bajón de abril por el efecto «Semana Santa».
Ante esta situación óptima del mercado inmobiliario, es lógico pensar que el hipotecario haya crecido de forma paralela, pues gracias a la hipoteca la gente puede conseguir el dinero que no dispone para hacer frente al valor de un inmueble, aunque sea tener que pagar unos intereses aparte.
Pues bien, no siempre comprar más casas significa que se vaya a producir un aumento del crédito hipotecario. Y esta es la paradójica situación que se está produciendo en nuestro país en la primera mitad del año: mientras la venta de viviendas ha aumentado respecto al mismo periodo del pasado año, se ha reducido el crédito hipotecario.
¿A qué se debe esta tendencia?
Varias son las causas que explican por qué si bien hoy se venden más viviendas que, por ejemplo, en 2010, el importe de los nuevos créditos hipotecarios es menor. Si estás pensando en comprar una casa y contratar una hipoteca a tu entidad financiera, toma nota porque es muy seguro que te interese conocer las razones de estos datos tan dispares.
1-Los ahorros, el principal recurso. Todo parece indicar que hoy en día, los compradores de viviendas en España echan mano de sus ahorros a la hora de pagar la adquisición de una nueva casa, en vez de recurrir a la financiación externa. El dinero ahorrado, para la compra de un inmueble.
2-Los extranjeros, nuevos compradores. El 13,2% de las viviendas que se vendieron en España en 2016 fueron adquiridas por extranjeros, un porcentaje nunca antes registrado. De hecho, los no residentes españoles compraron 53.495 casas frente a las 46.730 de 2015. Se trata de un sector con un alto poder adquisitivo, menos afectado por la crisis económica en sus países de origen, y que dispone de dinero para afrontar los pagos y esquivar los créditos o la financiación externa.
3-Reducción de los precios. A pesar del incremento moderado de la vivienda, los precios del parque inmobiliario en España distan mucho de ser lo que eran en la época del boom anterior a la crisis. Muchos son los compradores que pueden hacer frente a los precios actuales de una forma más cómoda que hace unos años y requerir menos dinero en préstamo.
Bajos porcentajes de financiación
Otra de las razones de la reducción del crédito hipotecario son los bajos porcentajes de financiación de la hipoteca. Y es que hoy en día, las entidades de crédito financian un menor porcentaje del precio final de la hipoteca que antes de la crisis. Aunque, sin duda, el sector bancario ha aumentado en los últimos años estos porcentajes, continúan siendo bajos. Al cierre de 2016, el Banco de España situaba el porcentaje de financiación medio para la compra de vivienda en el 64,2%, porcentaje que no se producía desde septiembre de 2004. El nivel mínimo se registró en septiembre de 2009 al situarse en el 55,4%. Durante los años más duros de la crisis inmobiliaria el sector bancario redujo el porcentaje de financiación de la compra de una casa a mínimos.