Las hipotecas otorgadas a personas con bajo nivel de solvencia (hipotecas subprime), o en otras palabras, con un limitado poder adquisitivo (que los hace un activo de alto riesgo, ya que la posibilidad de no pagarse en tiempo y forma las cuotas, aumenta), comenzaron a ser ejecutadas, debido a que las cuotas crecieron, producto del aumento de las tasas de interés, resultándoles imposible hacer frente a las cuotas.
Desde el 2004 la Reserva Federal, comenzó a elevar progresivamente las tasas de interés, pasando del 1% a casi el 6%.
En el 2007, estallará la burbuja inmobiliaria, producto de la especulación de varios inversores, que comenzaron a alarmarse en el 2007.
¿Pero como esto afecta al mundo entero?
Los bancos que otorgaban créditos hipotecarios, tendrán un límite para otorgar estos créditos; pero lo que hicieron, fue vender la deuda a fondos de inversión o planes de pensión, de tal forma de disminuir la cantidad de créditos y así otorgarlos nuevamente.
Aquellos inversores de los fondos de inversión atraídos por los interesantes beneficios, pronto se vieron en problemas, ya que sus fondos no podían cobrar, con el lamentable efecto de no poder pagarles.
Los créditos se contraen, la desconfianza crece y los mercados bursátiles se desploman, ante el pánico generalizado.
Los bancos se encuentran ante la falta de liquidez, con pérdidas importantes y con la urgencia de hacer frente a las deudas.